Textura de una tela con manchas de pintura azul y beige.

LANZAROTE

viaje a un mundo interior

Todo empieza con un viaje a la Isla de Lanzarote, Islas Canarias, con lienzos enrollados bajo el brazo, sin saber bien que va a ser de ellos.

El plan era estirar las telas en el suelo y que la isla hiciera su magia. Sus tierras negras y sus aguas turquesas me cautivaron.

Formaciones de roca erosionada con capas visibles y textura áspera bajo un cielo despejado.
Vista aérea de una costa rocosa con piscinas naturales de agua turquesa y el mar azul en el fondo.
Playa con acantilados rocosos, cielo azul y nubes esponjosas.

Solo tenía que poner mi mente en blanco y traducir lo que la isla me brindaba.

Llevaba conmigo acrílico, óleo en barra y algunos lápices. La arena y las algas me las entregó la misma isla.

Las piezas cobraron vida según el lugar dónde las pintaba. Los negros de “la playa quemada” se impregnaron de arena volcánica.

En Famara nació el tríptico en el que se mezclan los colores del risco y los azules de la larga playa.

Persona parada en una playa rocosa, sosteniendo una tela pintada, con el mar de fondo. Lleva sombrero y ropa blanca.
Persona sosteniendo una tela con manchas oscuras en un paisaje desértico y montañoso.
Pintura abstracta con tonos azules sobre tela, colocada en un paisaje costero rocoso con mar de fondo.

Los charcones, esas piscinas naturales creadas por los antiguos ríos de lava que caían en el mar, dieron paso a la pieza más azul, y con más contraste.

  • Pintura abstracta con manchas de colores azul, blanco, marrón y negro sobre lienzo.
  • Pintura abstracta en tonos azules, marrones y blancos, con trazos sueltos y texturas sobre un fondo beige.

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